En un fatídico 5 de septiembre, en diferentes años, el Rajo Chuquicamata ha sido testigo de dos terribles accidentes relacionados con explosivos que dejaron una profunda huella en la historia minera de Chile.
El primero de estos trágicos incidentes tuvo lugar el 5 de septiembre de 1957. Ese día, un tren cargado con 25 toneladas de pólvora chocó violentamente con otro convoy que transportaba lastre. El impacto resultó en una explosión devastadora que se cobró la vida de 3 personas, dejó a 29 gravemente heridas y a numerosos trabajadores con lesiones leves. Las secuelas de este suceso impactaron profundamente en la comunidad minera.
Diez años después, el 5 de septiembre de 1967, el Rajo Chuquicamata fue nuevamente escenario de una tragedia. En el banco C2, un camión que transportaba explosivos detonó mientras se preparaba una tronadura. Esta vez, la explosión se cobró la vida de 21 valientes trabajadores de la Unidad de Perforación y Tronadura del rajo, dejando un doloroso vacío en sus familias y en la historia de la minería.
Es importante recordar que la historia del Rajo Chuquicamata también está marcada por otro trágico accidente con explosivos. El martes 26 de enero de 1937, un cortocircuito en una locomotora que transportaba 70 toneladas de pólvora negra desencadenó una explosión catastrófica que resultó en la pérdida de más de 100 vidas.
Estas dolorosas tragedias nos recuerdan la importancia de la seguridad en la industria minera y honramos la memoria de aquellos que perdieron la vida en estos incidentes. La minería es un trabajo esencial, pero también un recordatorio de los peligros a los que se enfrentan los trabajadores día a día.